Texto y Comentario #2

"Nada hay más delicioso para una polilla humana que el olor de las librerías antiguas. Flota en el ambiente, generalmente penumbroso, un polvillo mágico saturado con las mieles agridulces del saber universal. Me gradué de polilla cuando aprendí a leer y por primera vez mi padrino Gonzalo Losada me sorprendió al decirme: "Tienes un crédito de tantos pesos en la librería El Ateneo". Allá fui, calle Florida bajo, arrastrando a mi madre. No bien traspuse las puertas del "templo", se operó la metamorfosis. El Ateneo era un enorme cuerno de la abundancia. Mis antenas detectaron enseguida que, salgo en las mesas expositoras de libros de arte, predominaban las tonalidades oscuras: el negro, el marrón, el verde, los grises, los ocres. Esos sobrios ropajes con que se revestía la cultura entonces –cuyo paradigma fueron los panzudos "aguilares" y los tomitos de la Bibliothèque de la Pléiade- se convirtieron en mis preferidos.

Aquel día inaugural de mi larga carrera de polilla por poco me atragantan las sensiblerías moralizantes de Constancio Vigil, compensadas con un rarísimo postre llamado "lo que sabía mi loro", Perrault, la Comtesse de Ségur, Andersen, Monterio Lobato, los clásicos reducidos de la talla infantil de la venerable Colección Araluce, fueron dejando en mis papilas sedimentos maravillosos. De ellos salté a la poesía y la novelística mundial: me hice adicta a los diccionarios; descubrí el sabor insustituible de las biografías y, en los albores de la edad adulta, busqué los fibrosos tratados de antropología e historia. En mis incursiones oficiales a El Ateneo, solía escoltarme un atildado señor de la gerencia que iba acumulando mi banquete anual sobre sus brazos extendidos. En una ocasión, la insaciabilidad polillesca me impulsó a decirle: "Como esta librería le hace a Losada un importante descuento y puedo gastar hasta tal cantidad, aún queda un margen, ¿no?" Al recuperer mi ser natural y confesar el indecoroso subterfugio a mi padrino editor al fin, comprendió en el acto cuán difícil es controlar la voracidad de una polilla. En cuanto a los libreros, ¿cómo no amar a quienes con su inteligencia y sensibilidad propiciaron los mejores festines? Todas las vanguardias artísticas irradiaron los aromas que impregnan la primera mitad de nuestro siglo desde las pequeñas librerías de dos inolvidables mujeres emblemáticas: la de Adrienne Monnier -7, rue de l’Odeón- y su gemela en la acera de enfrente, Shakespeare and Co., de Sylvia Beach.

Ahora las librerías son frondosos ramos floridos, selvas cuajadas de orquídeas multicolores. Fenecidas las clásicas vestimentas oscuras, las viejas polillas no atinamos a orientarnos. Ya no importa tanto qué comemos; la envoltura es tan sensual, sugerente, satinada, suave, brillante… Una fiesta para la vista; un gigantesco caramelo masticable. Cuando penetro en los diáfanos espacios colmados con tales caleidoscópicas tentaciones, debo amarrarme a un imaginario poste para no dejarme seducir por los cantos de sirenas. Sobre mis pobres alas caen niágaras de libros hermosísimos en todos los idiomas."

Aitana Alberti



COMENTARIO DE TEXTO
1.- ORGANIZACIÓN
Estamos probablemente ante un texto narrativo (expositivo argumentativo) en donde la autora intentará transmitir una experiencia personal sobre un tema concreto, a saber, su introducción en la lectura y cómo sus gustos literarios han ido evolucionando con el paso del tiempo.

Su estructura de contenido tiene una articulación interna en tres secciones, en donde se parte de una abstracción de la idea principal, a partir de la cual se desarrollará la experiencia que la escritora tuvo en el pasado, en sus comienzos, y concluirá con una perspectiva de la situación actual de los lugares que ella solía frecuentar y el contraste que aprecia entre el antes y el ahora.

La primera parte abarca las dos primeras oraciones, describe de forma genérica y por medio de una metáfora (“polilla humana”) el entorno que más le gusta a la autora. Describe en tiempo presente las sensaciones que estos ambientes le producen.

La segunda parte va desde la tercera oración del primer párrafo hasta el final del segundo y está relacionada con la idea de la primera parte, pero y narrada desde la perspectiva personal de la autora y en tiempo pasado.

También hay que destacar la descripción de sensaciones visuales que el ambiente de las librerías le produce y que luego contrastará en la última sección del texto.

Finalmente, el último párrafo describe las sensaciones que los ambientes libreros actuales y su contraste con antaño. Si bien las librerías antiguas contaban con cierto encanto dado su ambiente “mágico”, las actuales también tienen un ambiente especial desde su multiplicidad de colores.
La organización del texto sigue un orden inductivo y su estructura temática está bien entrelazada, lo cual permite seguir las descripciones con coherencia y fácilmente.
La secuencia comienza con una abstracción de la idea primaria, para luego narrar la misma idea pero basándose en experiencias personales, y finalizando con una visión de los mismos ambientes pero en las circunstancias actuales, con todas las sensaciones que ellas conllevan.


2.- RESUMEN
El modo de ver las librerías ha cambiado, en cuanto a su ambiente, su colorido, las sensaciones que se desprenden, y esto es lo que la autora trata de plasmar.
La autora cuenta, desde su avidez como lectora, cómo han ido evolucionando sus gustos y su punto de vista en cuanto a los cambios sufridos por esos recintos llenos de cultura.

Si bien parece transmitirnos también su añoranza por las librerías antiguas, se ha dejado seducir por las actuales de la misma forma y destaca de ellas la variedad de opciones que estas presentan.


3.- COMENTARIO CRÍTICO
Todos los sitios que implican comercio de algún tipo han cambiado de un tiempo a esta parte, ya sea para bien o para mal. Con el paso del tiempo, el modo de ver las cosas de la gente ha evolucionado y se ha visto influido por los medios de comunicación, y se ha notado que tal influencia ha disminuido los gustos por la lectura. También el ritmo de vida hace mucho más fácil que encendamos el televisor que el hecho de que nos pongamos a leer un libro.

Ésta podría considerarse una de las causas por las que las librerías han tenido que modificar sus ambientes, y dejan de ser esos sitios oscuros de entorno “mágico” para ser sitios atractivos, coloridos, que incitasen a la gente a entrar.

Tenemos multitud de opciones de lectura, y muchas de estas opciones vienen dadas por la repercusión de muchos personajes de los que vemos en televisión, y viceversa. Los géneros literarios que han tenido determinado éxito como lectura han sido llevados a la pantalla. En muchos casos, los medios recurren a estos materiales en busca de inspiración ante el escaso niel de imaginación que están demostrando las productoras actualmente.

La autora quiere darnos a conocer mediante el recuerdo de los diálogos mantenidos con sus allegados, determinados momentos de su infancia y, por medio de numerosos adjetivos, nos transmite sus sensaciones.

Desde el segundo párrafo va explicando cómo ha sido su evolución en cuanto a géneros literarios y la variación de gustos de lectura, que comenzaron con los libros clásicos infantiles, pasando por las novelas y poesías, hasta llegar a los textos especializados de historia y antropología. Por medio de abundantes figuras retóricas, compara su avidez por la lectura y los libros con la voracidad de las polillas, designándose ella misma con este nombre.
Detalla cómo se ha pasado de ambientes con tonos sobrios y oscuros a una multiplicidad de colores que deleitan la vista. Y también se pueden contrastar los tipos de libros que se leían antes con los de ahora, que ya no importan tanto en cuanto a su contenido sino más en cuanto a su aspecto.

Desde el punto de vista pragmático, la autora ha querido transmitir sus experiencias de forma subjetiva, narrando sus experiencias y utilizando la primera persona, pero utilizando la figura retórica de una polilla.
Utiliza el lenguaje de forma descriptiva y explicativa para hacernos llegar sus sentimientos e ideas en esos momentos puntuales de su vida.

Morfológicamente, el texto se refiere a personas y sitios concretos descritos con bastante claridad y siendo lo mas detallista posible.

Desde el aspecto lingüístico, se utilizan muchos adjetivos y figuras retóricas, tales como la imagen y las metáforas.
Se utilizan dos tiempos verbales, pasado y presente, para indicar lo que era y contrastarlo con lo que es ahora, así como predicados nominales y verbos de acción.

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